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Blanca Sol / Mercedes Cabello de Carbonera
Un resbalón en el tapiz del galería. Así pudo ella muy bien acaecer dicho. Pues bien, téngase muy en cuenta, que en los diez abriles de matrimonio que han trascurrido, Blanca no le fue nunca infiel a D. Es acaso cierto aquel elucubración de Víctor Hugo, en que dice, hablando de la caída de una mujer: «Hay ciertas naturalezas generosas que se entregan, y una de las magnanimidades de la mujer es el ceder». Sí, cierto, hay magnanimidades que llevan a una caída, como hay egoísmos que llevan a una accésit. Preciso es confesarlo resueltamente, muchas virtudes sociales provienen de grandes imperfecciones del alma; así como muchas culpas nacen de grandes cualidades del corazón. Es una joven. Lleva severo vestido bruno de rigurosa sencillez, y parece arramblar el duelo de sus muertas ilusiones. Es una alma que ha amado; ha amado tanto; que juzgó, que sacrificar familia, honra, porvenir, todo en aras de su amor, aun época poco.
Un hombre le roba el corazón a una mujer y $300000. Sucedió así.
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Visor de obras.
Parecen el reflejo de una España antigua, en la que no había divorcio ni libertad sexual y la pasión se refugiaba en las radionovelas y los tangos. Muchas son grandes historias de amor en la sombra. La infidelidad goza de buena salud en España. Son amores clandestinospero tan sólidos y duraderos como los oficiales. Hemos hablado con cuatro mujeres que han convertido un amor imposible en la pasión de su vida. Todos los nombres del reportaje son ficticios y sus datos personales han sido desfigurados, sin traicionar la verdad de su relato y sus circunstancias. Tiene un amante desde hace una década.
El final feliz de Orgullo y Recelo sólo fue posible tras una desafiante y políticamente incorrecta relación. Es alto y atractivo. Popular, buen bailarín y un poco bruto. No tiene pelos en la lengua y claramente no es el estereotipo gentil y cabalgador del príncipe azul que nuestras madres nos metieron en la cabeza. Cumple con un requisito, eso sí: cuenta con una abultada billetera que lo transforma en el macho proveedor que cualquier mujer del siglo XIX esperaba.
